Vivo la tristeza, la palpo, la recorro, la uso, la niego, soy ella, lloro, río.
Estoy triste por mis cosas pero me reviento de alegría cuando descubro mi tristeza viva, creciente, tan mía como mis huellas, y cuando no estás me pasan tantas cosas, hago mi Vietnam en atáques ridículos de celos, comprensiones instantáneas de tu movimiento, melancolía; toda una mano que me surge y me conozco nuevo a pesar y gracias a la tristeza, soy como el otoño, simplemente gris; o tengo taquicardia, ansiedad, no como, cada lugar que veo me hace acordar de Junquito y me dejo a la sensación de perderte, me dejo ser el que espera, el que desespera, el que no cree mas, y es mi Vietnam, mi propio naufragio, porque la tristeza no está mal, y yo estoy bastante loco, mi yo estalla, ando obsesionado, lleno de ideas fijas, soy yo ahora en el caos mas increíble, cambiando cada segundo de gusto en la boca, de cosquillas en el estómago, de cosas como llamar a los espíritus para que cambien el aire, brujería adentro de la carpa pintado golpeando un tacho delante de una vela, poner una hormiga en una cacerola y convencerse de que su manera de salir es la mía, depender de la hormiga o de los golpes en el tacho; cantar Dylan y pensar en Junco durante horas sin interrupción; vivo la confusión, la melancolía, la tristeza con toda la fuerza no importa terminar en un manicomio, lo importante es cada cosa que ocurre que me ocurre, las estrellas me pacifican y por ahí hablo con alguien y me alegro, ayudo a la gente a verse, me fascino con mi cuerpo, voy a la vertiente y cada ruido es Junquito que viene, salgo de la carpa como un loco porque oigo pasos y nunca aparece y es mi Vietnam, lo importante no es que aparezcas sino lo que siento, lo que necesito y puedo volver a mirarte y sentir tu violencia de luciérnaga y maravillarme con vos y ponerme triste-alegre por todo lo que ocurre estoy aquí desnudo con mi tristeza-yo en explosión, sigo sabiendo todo lo que va a pasar, veo a Junquito hablándome, veo a todos, salto sobre mi y soy el aire que climatizo, este disco de “vi llover y no estabas tú” hijo de puta lo escucho todo el día en las hojas, en el bosque, en las abejas, Junco ahora tengo una alegría increíble mi tristeza mi alegría yo no Junco ahora mañana en cualquier momento he descubierto las flores.
Pipo Remolino
Capilla del Monte
Febrero 68
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